Odioso parásito
Que te aferras a las paredes
Ya te gustaría ser mármol o granito
Disfraz de techos malparidos
Aunque te escabullas, aunque no te dejes
Te lances a mis ojos, me muerdas los nudillos
Allá donde te escondas
Mis brazos y la espátula te darán tu merecido
Salpicón, grumoso erizo
Desde mi techo, monstruo de un millón de jorobas
Al contenedor de escombros quedas desterrado
No hay retorno rugoso desconchado
Dí adiós remolino de brochazos