Hará miles de años.
Unos ojos se encontraron. No eran ojos
sin embargo; Solo un instante en el espacio.
Una niña sopló un céfiro con labios inhumanos.
Deshizo el tiempo como vapor de talco.
Entonces quise decirle cada uno de mis átomos.
Y de un sorbo, de un trago agoté la fuente.
Impaciente y desdichado.
olvidé el presente, olvidé el castellano.
Queda una marca en el cielo profundo, a lo lejos.
La milésima de un pestañeo. Una grieta que aún hace estragos
como el agujero negro que traga todo a su paso.